sábado, 21 de noviembre de 2009

“Explorando la WEB: universo real o SCI-FI?


FLACSO- Diplomatura en Educación y Nuevas TecnologíasMódulo: TTC- TECNOLOGÍAS PARA EL TRABAJO COLABORATIVOVerónica WolgeschaffenComisión 4 – Cohorte 6

TTC -“Explorando la WEB: universo real o SCI-FI?
Basado en el artículo “La web como ecosistema virtuoso/vicioso” por Alejandro Piscitelli


El autor comienza su artículo con una idea fuerza que luego desarrolla a través del mismo: “la web posee regularidades subyacentes sorprendentes”. Le propone al lector un recorrido desde los inicios de la WEB y la plantea como un nuevo soporte intelectual haciendo a su vez una analogía con tecnologías anteriores. Piscitelli asevera que para entender el estado actual de la cuestión con respecto a la web, es imprescindible remontarnos a su origen para poder comprender cómo se gestó y por ende su estado actual.
Según el autor, operan en esta evolución, dos principios:
Con cada avance tecnológico se gana mucho y se pierde también bastante.
Los nuevos medios generalmente recuperan elementos de la comunicación natural (biológica) eclipsados por medios primitivos anteriores (que extendieron la comunicación sacrificando algunos de sus beneficios naturales, Grusin, y Bolter (2000)).
Volviendo a los orígenes de la Internet, Piscitelli cuenta la historia de Paul Baran, a quien allá por los 1940s le fue encomendada la misión de diseñar “un sistema de comunicaciones que fuera capaz de detener un presunto ataque nuclear soviético.” Baran analizó y categorizó los tres tipos de organizaciones de redes dominantes en la época a los que denominó: centralizado, descentralizado y distribuido, entre los cuales eligió la estructura de red distribuida en forma de retícula, muy parecida a un sistema de autopistas, lo cual aseguraba que aunque muchos de los nodos fueran destruidos por un ataque, siempre habría caminos alternativos. Desafortunadamente, los militares que le encomendaron el trabajo a Baran, hicieron caso omiso a sus descubrimientos. Sus ideas resurgirían, según el relato del autor, una década más tarde en manos de ARPA (Advanced Research Project Agency) y del general Eisenhower en respuesta al lanzamiento de la perra Laica al espacio.
Con este relato, Piscitelli nos advierte que es imprescindible comprender la topología de la red y nos propone entonces volver al corazón de la guerra fría para entender su arquitectura y nos invita a intentar descubrir su topología actual. Sin embargo, Piscitelli señala que no existe un mapa de la red, y que nadie sabe exactamente que forma tiene y por más que existen intentos de mesurarla, es una tarea demasiado ambiciosa, ya que la red ha crecido y se ha desarrollado por caminos impensados. El autor resume sus principales particularidades y el carácter anárquico, autoorganizado y fundamentalmente local y distribuido que subyace su evolución; estas características mencionadas son precisamente las que le otorgan a la red inmunidad ante cualquier ataque y dificulta la posibilidad de retratarla.
Estas reflexiones sobre el carácter de la red, llevan al autor a plantearse varios interrogantes; entre ellos; ¿Qué es exactamente lo que hemos inventado? ¿Qué tipo de criatura hemos liberado en el ciberespacio? ¿Hasta qué punto los hábitos de lectura y escritura, que sabemos son constructivos de nuestra identidad y subjetividad se verán transformados y modificados por su emergencia? De esta manera, Piscitelli nos alarma con la conclusión de que a pesar que la red es un producto 100% humano, Internet tiene una vida propia y describe su trabajo y el de sus colegas como biólogos o ecólogos de la información, ya que estarían trabajado sobre un sistema con características más similares a las de una célula que a la de un chip.
Esta idea de concebir la red como un ser vivo con todo lo que ello implica, es por cierto una idea escalofriante, ya que los especialistas se sienten muchas veces desconcertados cuando el sistema se comporta caprichosamente y se auto organiza como mejor le place.
Asimismo, el autor postula que la Internet es una red scale-free, y que para entenderla necesitamos conocer las cuatro dimensiones o variables para comprender su topología: reconocimiento, conexión preferencial, dependencia de la distancia y estructura fractal subyacente. Estas cuatro variables, asevera Piscitelli, interactúan entre si, previniendo cualquier inestabilidad, y hacen posible una red scale-free.
A modo de conclusión el autor plantea la posibilidad, no muy lejana, de esclavizar máquinas remotas y de generar un sistema de concentración de recursos ajenos a gran escala. Esta eventualidad abriría un abanico de cuestiones éticas, y la posible emergencia de un ser consciente e inteligente, dice el autor, del cual podríamos ser parte sin tener conciencia de ello.
Por último, Piscitelli nos advierte que las tecnologías van mucho mas rápido que nuestra capacidad de investigarlas, analizarlas y sobre todo de normativizarlas; y con estas reflexiones finales nos abre un universo de probabilidades hasta hoy insospechadas y más cercanas guión cinematográfico que a una escena de la vida real. Una vez más, como versa el famoso dicho popular, “la realidad siempre supera a la ficción”.