viernes, 21 de agosto de 2009

EATIC



Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías
Módulo: Enseñar y aprender con Tecnologías
Actividad obligatoria 3
Alumna: Verónica Wolgeschaffen
Comisión 4 – Cohorte 6

DE LAS TIC Y OTROS DEMONIOS…Y DE ÁNGELES TAMBIÉN


“Aun no hemos logrado que las computadoras en las escuelas dejen de ser “visibles” y se conviertan en “invisibles”.
Gros Salvat

Muchos docentes contribuimos a que el planteo de Gros Salvat suceda o para decirlo de otro modo, no deje de suceder. Dejamos entonces las computadoras (y todo lo relacionado e implicado por ellas) en manos de los profesores de informática, cedemos el monopolio sin siquiera dar batalla. Sin ir mas lejos, y a modo de ejemplo, hace unos meses, la maestra le encomendó a mi hijo de 9 años la tarea de buscar información sobre el “dengue”. Navegando en Internet encontramos un juego interactivo sobre el tema, muy didáctico e informativo. Notando el entusiasmo de mi hijo, decidí grabar el juego en un CD y enviarlo a la escuela para que lo comparta con sus compañeros. Al otro día encontré el CD en su mochila y cuando le pregunté si les había sido útil, me contestó: “Dice la seño que se lo dé al profesor de informática y que lo veamos con él porque no es de su materia”. Una pena.
Pero la hora de computación, tampoco pareciera ser el espacio adecuado, ya que el mismo parece estar destinado a hacer “cosas mas serias”…como aprender para que se usa el mouse o memorizar los nombres de las partes del hardware…aunque los alumnos ya sepan usarlos desde los 3 años.
Jonassen (1996) argumenta que aprender de o sobre las computadoras debería ser reemplazado por aprender con las computadoras, un razonamiento por demás acertado considerando que los estudiantes no tienen que comprender lo que una computadora es para poder usarla en forma productiva; como cualquiera de nosotros no necesita aprender las partes de su teléfono celular para utilizarlo eficazmente. En suma, lo que propone Jonassen es la utilización de la computadora como herramienta cognitiva, para hacer algo que sea útil, significativo e intelectualmente comprometedor, las computadoras deberían ser usadas como herramientas no inteligentes, que dependan de la inteligencia del estudiante, dice el autor. Es cierto que la realidad escolar de todos los días dificulta las cosas, y que como plantea Perkins (1995): “…el marco educativo actual no fomenta la creación y la aplicación de nuevas perspectivas pedagógicas ni permite que los maestros tengan la flexibilidad o la libertad respecto del fetiche de la información necesarias para alcanzar una instrucción más esclarecida. Por esta razón el mejoramiento de las prácticas educativas debe ir acompañado por una restructuración de la escuela.”
A pesar de esto, muchos docentes seguimos intentando incorporar las TIC a nuestra enseñanza.
Asimismo, Salomon, Perkins y Globerson (1992), centran su interés en los efectos de las tecnologías inteligentes en el rendimiento intelectual y la capacidad de las personas. Ellos distinguen entre dos tipos de efectos cognitivos: los que se obtienen con la tecnología en el curso de la colaboración intelectual con ella y los efectos de la tecnología en términos de residuo cognitivo transferible dejado por la colaboración. De la misma manera, distinguen dos grupos de tecnologías de acuerdo al uso que se hace de ellas: máquinas que trabajan por nosotros, como por ejemplo el reloj, y herramientas con las que nosotros trabajamos, como el lápiz. Los autores se focalizan principalmente en la relación simbiótica entre las personas y el segundo grupo de herramientas; alegando que la asociación que se conforma entre ambas es de carácter verdaderamente intelectual. Ellos denominan a esta relación colaboración intelectual; esta asociación es la que permitiría a las personas funcionar en un nivel que trasciende las limitaciones de su sistema cognitivo, y daría en consecuencia, resultados más inteligentes.
Sin embargo, Salomon, Perkins y Globerson también advierten que no se puede suponer que estas oportunidades de colaboración se den espontáneamente, y recalcan que toda colaboración exige esfuerzo y esta no es la excepción.
En suma, los procesos mentales de la persona en este sistema de asociación deben ser de tipo no automático y voluntario; lo que transformaría a esta asociación en una colaboración intelectual consciente. Los autores sostienen entonces que no seria colaboración per se con tecnologías inteligentes la que produciría efectos cognitivos, sino una asociación intelectual consciente, reflexiva y dirigida metacognitivamente por la persona la cual demandaría un esfuerzo voluntario por parte del usuario en conjunción con la herramienta.
Si las tecnologías inteligentes influyen en el rendimiento intelectual y en la capacidad de los estudiantes e incluso dejarían un residuo cognitivo transferible luego de utilizarlas, como plantean Salomon y otros, o como lo han visto algunos educadores, Papert por ejemplo (citado en Salomon, Perkins y Globerson, 1992), son capaces de liberar la mente, no podemos ser indiferentes a los posibles efectos o al impacto que las mismas pudieran producir en el aprendizaje. No podemos dejar semejante privilegio solo en manos de otros (los profesores de computación por ejemplo), sin intentar integrarlas a nuestras practicas.
Utilizar las tecnologías inteligentes como socias intelectuales para enseñar y aprender, es una idea demasiado tentadora para dejarla pasar. Pero debemos tener en cuenta que, como argumentan los autores, no hay tecnología alguna que por si misma afecte la manera de pensar, debemos considerar teórica y prácticamente la totalidad del entorno social y cultural de la enseñanza. Y de esta manera volvemos una vez más a la gran pregunta que como educadores nunca deberíamos olvidar hacernos, (ya sea hablando de tecnologías o de cualquier otro tema): ¿qué queremos enseñar? ¿Qué vamos a enseñar utilizando las TIC? Perkins asevera; “dado un método razonable, lo más importante es elegir que hemos de enseñar”. Sin embargo, como advierten algunos autores, esto solo es posible mientras exista un modelo o proyecto pedagógico que soporte estas posibilidades.

Teniendo en cuenta todas estas cuestiones, los docentes debemos entonces evitar utilizar las TIC con las mismas viejas actividades solo para hacerlas más atractivas para los alumnos; ya que una vez que la motivación inicial se diluye, el uso de las TIC, sin un proyecto pedagógico que las integre con un propósito claro a nuestra enseñanza acabará por perder el sentido. Como postula Salomon en su paradoja digital: “evitar asimilar las Nuevas Tecnologías a las viejas prácticas” o en palabras de Adell (1997); “evitar hacer lo mismo que antes pero con los nuevos juguetes”
Una vez que logremos integrar las TIC a nuestras practicas dentro de un marco pedagógico, y nos tomemos el tiempo para evaluar críticamente su uso en nuestras clases; una vez que nos convirtamos en usuarios críticos, cuestionemos los recursos y herramientas que nos proporcionan las TIC (en otras palabras, desarrollemos en nosotros mismos la actitud crítica que esperamos de nuestros alumnos) podremos evitar el aplicacionismo de las nuevas tecnologías. La tecnología tiene una doble cara, por eso es muy importante que sepamos valorarla (Sancho Gil).
En su Teoría Uno Perkins afirma que: “La gente aprende más cuando tiene una oportunidad razonable y una motivación para hacerlo” Me pregunto: ¿Será esto lo que nos esta faltando a los docentes? ¿En algunos casos oportunidades razonables y en otros motivación? Ni buenas ni malas, ni demonios ni ángeles, las TIC nos abren un mundo de posibilidades que vale la pena explorar.


Referencias bibliográficas

GROS SALVAT, B (2000): El ordenador invisible. Barcelona: Gedisa. Cap. III y VIII.

JONASSEN, D. H. (1996) Learning from, learning about, and learning with computing: a rationale for mindtools. Computer in the classroom: mindtools for critical thinking. (pp.3-22) Englewood Cliffs, New Jersey : Merrill Prentice- Hall.

PERKINS, D. (1995), “Cap. 3: La enseñanza y el aprendizaje: la teoría uno y más allá de la teoría uno”, en: Perkins, D., La escuela inteligente. Del adiestramiento de la memoria a la educación de la mente, Gedisa, Barcelona.

SALOMON, G., PERKINS, D. Y GLOBERSON, T. (1992), “Coparticipando en el conocimiento: la ampliación de la inteligencia humana con las tecnologías inteligentes”, en Revista CL&E Comunicación, lenguaje y educación Nº 13:6-22.

SANCHO GIL, J. M, “La formación del profesorado en la era de la información: entre lo conveniente, lo deseable y lo posible”. En el II Congreso Iberoamericano de Educared. Disponible en URL: http://www.educared.org.ar/congreso/juana_disertacion.asp