“Convergencia Tecnológica” Tarasow, Fabio; Pedregal, Nicolás.
Este artículo se basa en el texto “Convergencia tecnológica” de Fabio Tarasow y Nicolás Pedregal.
Al comenzar el texto los autores nos refieren inmediatamente a una escena sumamente significativa del clásico cinematográfico “2001, Odisea del espacio”. La escena resume en unas cuantas imágenes lo que hubiese llevado miles de palabras: la metáfora del despertar de la inteligencia humana como un “chispazo mágico”; retomando las palabras textuales de los autores.
Tarasow y Pedregal nos plantean que el uso de herramientas, es decir de la tecnología, ha modificado la relación del ser humano y el medio ambiente, el mundo y en suma la humanidad toda. Sin embargo, también advierten que “las tecnologías son un producto de las sociedades y las sociedades se encuentran condicionadas por sus tecnologías pero no las determinan”
Esta frase, sumamente categórica, resume el pensamiento de muchos autores ( ) que sostienen que la tecnología abre las puertas a infinitas posibilidades de desarrollo, pero depende las sociedades explotarlas o no.
Otras de las ideas abordadas refieren a la “neutralidad” de las tecnologías, las cuales no son “buenas” o “malas”, aclaran los autores, sino que dependen del contexto en el que son empleadas y el propósito de su utilización.
En suma y a modo de ejemplo, el solo hecho de utilizar las TIC en el aula no producirá ningún impacto significativo si seguimos utilizando las “viejas” formas tradicionales de presentar las actividades. La actividad en sí misma debe cambiar, y para que la actividad cambie debe cambiar también quien las diseña: el docente debe asumir un nuevo rol y mirar desde una renovada perspectiva los nuevos escenarios. En pocas palabras, para que las TIC impacten en la práctica y puedan ser integradas fructíferamente a la educación, la escuela y sus agentes deben cambiar sus paradigmas, los docentes cambiar sus miradas, revisar y modificar sus concepciones implícitas sobre lo que es enseñar, aprender, conocer, etc.; y de esta manera poder resignificar nuestro rol en este nuevo contexto.
En palabras textuales de Salomon, Perkins y Globerson (1991),
“No important impact can be expected when the same old activity is carried out with a technology that makes it a bit faster or easier; the activity itself has to change, and such a change cannot take place in a cultural vacuum. But this means that it is not the technology alone affecting minds but the whole "cloud of correlated variables"-- technology, activity, goal, setting, teacher's role, culture-- exerting their combined effect”(sic)[1]
Retomando a Tarasow y Pedregal, “…las tecnologías no son el “motor”, la “causa” o “el factor clave” del cambio social…se necesita de la conjunción compleja de otras series o factores (económicos, sociales, políticos, culturales), para que aceleren o se desencadenen procesos o transformaciones cualitativas en la trama de las sociedades”
Volviendo al concepto de convergencia tecnológica que da el titulo a este articulo; los autores plantean que “la revolución de las TIC” encuentra sus raíces en el desarrollo la convergencia de tres tecnologías:
1. la digitalización, que permite transformar cualquier tipo de información en bits;
2. la informática o ciencias de la información, cuyos desarrollos han permitido que las computadoras manipulen y procesen grandes cantidades de información en forma de bits;
3. las telecomunicaciones, que permiten transmitir grandes volúmenes de información con gran rapidez y en grandes cantidades desde un extremo al otro del planeta.
La convergencia e interacción de tecnologías constituye el núcleo fundamental de la denominada “revolución digital”, aseguran los autores, en tanto diversos procesos y tecnologías que anteriormente funcionaban de manera aislada tienden a converger en procesos y dispositivos comunes.
Concluyendo, en el texto los autores realizan un análisis de la relación entre tecnologías y sociedad y el impacto que estas pueden provocar en el contexto que sean utilizadas. Asimismo señalan que no son las tecnologías por si mismas las que producirán transformaciones en las sociedades, ya que aquellas, si bien no son neutras en sentido estricto, tampoco son positivas ni negativas pues dependen de los contextos y de la forma que restringen y/o amplían los medios de producción, comunicación, información, etc.
Ciertamente, la utilización de tecnología ha desencadenado como condición (no como determinación) innumerables progresos en todos los campos de la historia de la humanidad. Por ello, podemos compartir la precisa metáfora que Kubric incluyó en “2001…”: con seguridad la humanidad seguirá contemplando como el hueso del antropoide continua girando en el espacio transformándose interminablemente y un nuevo artefacto reemplazará a la nave espacial, y éste será a su vez reemplazado y así sucesivamente hasta el fin de los tiempos.
Al comenzar el texto los autores nos refieren inmediatamente a una escena sumamente significativa del clásico cinematográfico “2001, Odisea del espacio”. La escena resume en unas cuantas imágenes lo que hubiese llevado miles de palabras: la metáfora del despertar de la inteligencia humana como un “chispazo mágico”; retomando las palabras textuales de los autores.
Tarasow y Pedregal nos plantean que el uso de herramientas, es decir de la tecnología, ha modificado la relación del ser humano y el medio ambiente, el mundo y en suma la humanidad toda. Sin embargo, también advierten que “las tecnologías son un producto de las sociedades y las sociedades se encuentran condicionadas por sus tecnologías pero no las determinan”
Esta frase, sumamente categórica, resume el pensamiento de muchos autores ( ) que sostienen que la tecnología abre las puertas a infinitas posibilidades de desarrollo, pero depende las sociedades explotarlas o no.
Otras de las ideas abordadas refieren a la “neutralidad” de las tecnologías, las cuales no son “buenas” o “malas”, aclaran los autores, sino que dependen del contexto en el que son empleadas y el propósito de su utilización.
En suma y a modo de ejemplo, el solo hecho de utilizar las TIC en el aula no producirá ningún impacto significativo si seguimos utilizando las “viejas” formas tradicionales de presentar las actividades. La actividad en sí misma debe cambiar, y para que la actividad cambie debe cambiar también quien las diseña: el docente debe asumir un nuevo rol y mirar desde una renovada perspectiva los nuevos escenarios. En pocas palabras, para que las TIC impacten en la práctica y puedan ser integradas fructíferamente a la educación, la escuela y sus agentes deben cambiar sus paradigmas, los docentes cambiar sus miradas, revisar y modificar sus concepciones implícitas sobre lo que es enseñar, aprender, conocer, etc.; y de esta manera poder resignificar nuestro rol en este nuevo contexto.
En palabras textuales de Salomon, Perkins y Globerson (1991),
“No important impact can be expected when the same old activity is carried out with a technology that makes it a bit faster or easier; the activity itself has to change, and such a change cannot take place in a cultural vacuum. But this means that it is not the technology alone affecting minds but the whole "cloud of correlated variables"-- technology, activity, goal, setting, teacher's role, culture-- exerting their combined effect”(sic)[1]
Retomando a Tarasow y Pedregal, “…las tecnologías no son el “motor”, la “causa” o “el factor clave” del cambio social…se necesita de la conjunción compleja de otras series o factores (económicos, sociales, políticos, culturales), para que aceleren o se desencadenen procesos o transformaciones cualitativas en la trama de las sociedades”
Volviendo al concepto de convergencia tecnológica que da el titulo a este articulo; los autores plantean que “la revolución de las TIC” encuentra sus raíces en el desarrollo la convergencia de tres tecnologías:
1. la digitalización, que permite transformar cualquier tipo de información en bits;
2. la informática o ciencias de la información, cuyos desarrollos han permitido que las computadoras manipulen y procesen grandes cantidades de información en forma de bits;
3. las telecomunicaciones, que permiten transmitir grandes volúmenes de información con gran rapidez y en grandes cantidades desde un extremo al otro del planeta.
La convergencia e interacción de tecnologías constituye el núcleo fundamental de la denominada “revolución digital”, aseguran los autores, en tanto diversos procesos y tecnologías que anteriormente funcionaban de manera aislada tienden a converger en procesos y dispositivos comunes.
Concluyendo, en el texto los autores realizan un análisis de la relación entre tecnologías y sociedad y el impacto que estas pueden provocar en el contexto que sean utilizadas. Asimismo señalan que no son las tecnologías por si mismas las que producirán transformaciones en las sociedades, ya que aquellas, si bien no son neutras en sentido estricto, tampoco son positivas ni negativas pues dependen de los contextos y de la forma que restringen y/o amplían los medios de producción, comunicación, información, etc.
Ciertamente, la utilización de tecnología ha desencadenado como condición (no como determinación) innumerables progresos en todos los campos de la historia de la humanidad. Por ello, podemos compartir la precisa metáfora que Kubric incluyó en “2001…”: con seguridad la humanidad seguirá contemplando como el hueso del antropoide continua girando en el espacio transformándose interminablemente y un nuevo artefacto reemplazará a la nave espacial, y éste será a su vez reemplazado y así sucesivamente hasta el fin de los tiempos.
Verónica Wolgeschaffen
[1] Traducción del autor: “Ningún impacto importante puede ser esperado cuando la misma “vieja” actividad es llevada a cabo con una tecnología que la hace un poco más rápida o más fácil; la actividad en sí misma debe cambiar; y tal cambio no puede llevarse a cabo en un vacío cultural. Esto significa que no es la tecnología por si misma la que afecta las mentes sino toda “la nube de variables correlativas”; tecnología, actividad, propósito, escenario, rol del docente, cultura- ejerciendo su efecto combinado”
[1] Traducción del autor: “Ningún impacto importante puede ser esperado cuando la misma “vieja” actividad es llevada a cabo con una tecnología que la hace un poco más rápida o más fácil; la actividad en sí misma debe cambiar; y tal cambio no puede llevarse a cabo en un vacío cultural. Esto significa que no es la tecnología por si misma la que afecta las mentes sino toda “la nube de variables correlativas”; tecnología, actividad, propósito, escenario, rol del docente, cultura- ejerciendo su efecto combinado”